La percepción hacia el grupo de mayor edad de la sociedad, ha ido cambiando a lo largo de la historia, estableciendo contrastes importantes en las distintas épocas.
Para las primeras comunidades, los ancianos tenían una gran consideración. Su longevidad estaba asociada al saber o el conocimiento del clan y sus antepasados, eran el archivo histórico de la comunidad, por tanto, a quienes tomaban decisiones. Fue un grupo muy menor, a causa de la baja esperanza de vida, por ello algunos eran mirados casi con cierto aspecto de alguna divinidad.
En el presente el proceso de envejecimiento de la población ha sido notorio durante las últimas décadas, el grupo etario de mayores de 65 años en el Censo de 1992 eran 6,6%, en el año 2002 un 8,1% y hoy alcanzan al 11,4% de la población. Esto es de vital importancia para las políticas estatales para los próximos años, más aún cuando el sistema de jubilación es ampliamente cuestionado.
La población de la Provincia de Cardenal Caro, esta dentro de las más longevas, siendo algunas comunas las de mayor porcentaje en el país. La Estrella marca una dependencia 27,0; Navidad de 34,0; Paredones 29,3 y Marchigüe 24,7. Lo anterior, ha forzado tanto al Estado como a las autoridades a replantear las políticas de salud pública, y la asistencia a espacios donde la salud mental, la sociabilidad se potencie.
Desde hace varios años la comuna de Marchigüe ha estimulado la existencia de clubes de adultos mayores, contando con más de 15 dispersos en la amplia geografía comunal.
Los adulto mayor en Marchigüe, presentan rasgos de trascendencia como su sentido de pertenencia, la valoración y el respeto por los otros, y principalmente la alegría que trasmiten.
Estos clubes nacen por la necesidad de sociabilizar los problemas, de reunirse con otros para generar diversas actividades, así afirma un socio del Club de Adulto Mayor de La Quebrada: “Nace por la necesidad que no teníamos que hacer, no había nada como entretenerse, entonces dijimos por último nos juntamos para reírnos un poco y conversar. Así entonces salimos, conversamos, tomamos tecitos, y juntamos plata para ir de paseo ahora a Bucalemu. Nos juntamos dos veces al mes, llegan casi todos, y también llega gente joven, que cumple su edad y siguen en el club, quizás debe ser ya que las otras instituciones han ido perdiendo fuerza, como los clubes deportivos”
Dependiendo del contexto que los rodea, los clubes se vinculan a las comunidades locales, en las distintas actividades, siendo ellos respetado, y aportando con su conocimiento y alegría. El club de Lo Marchant está ligado principalmente a las actividades religiosas y a los campeonatos de Rayuela: “participamos de actividades comunales, como es el campeonato de Rayuela, que se hace en el sector, ahí nos juntamos temprano, a tomar once, hacer empanaditas. El otro lugar que nos juntamos es en la iglesia, o en la escuela porque nos invita el profe a la terminación del año”.
Estos grupos albergan a personas que en su pasado fueron parte de una gama diversas de oficios u profesiones, además una parte importante de ellos, proviene de centros urbanos, los cuales han optado por buscar la tranquilidad en lugares como Marchigüe.
Evita Araya comenta: “jubiló mi marido y no queríamos estar en Santiago, y ahí encontramos por internet allá en Litueche una parcela, pero no nos gustó, pero después vimos un tranque en Mallermo, y ahí nos gustó. Así que nos gustó bastante, y nos sentimos muy contentos, ahí pregunté si había centro de adulto mayor. Me incorpore, y me sentí muy bien como si hubieran conocido desde siempre, imaginé que mi esposo era reacio a participar, pero aquí se agrupo también”.
Todos estos grupos son coordinados por Tabita Catalán quien trabaja de forma cercana con los distintos grupos de la comuna, esta proximidad con la población adulto mayor, ha fortalecido la participación y animado a otros que antes solo se quedaban en la casa, mejorando ostensiblemente la salud mental de los habitantes, y mostrando a Marchigüe como una comuna amable y alegre.